La fragilidad del Bien (2)

ARISTÓTELES: LA COMPASIÓN ES MI AMIGA

Aristóteles intenta comprender la vida desde un punto de vista realista, como dice la autora, su enfoque es práctico:

Necesitamos la filosofía para que nos muestre el camino de retorno a lo ordinario y lo torne interesante y placentero, en lugar de convertirlo en algo indigno y de lo que conviene huir”.

M. Nassbaum

La tragedia griega nos ponía en el escenario de las responsabilidad externas e internas, Platón nos guía en dos direcciones: la responsabilidad personal de depurarse de lo superficial y aspirar a refinar el alma pero sin limitarnos a la pasión del amor, y Aristóteles nos lleva a la importancia de la comunidad para que esa excelencia tenga un correcto cauce, desde el punto de partida que nuestra tendencia natural es la felicidad.

La generosidad necesita de gente que reciba nuestros bienes, gente que disfrute nuestras buenas acciones, gente que goce de nuestra confianza. El rol de los agentes pasivos de la dinámica ética es fundamental: todos necesitamos de todos desde la reciprocidad.

Ilustración de Adelaxd

Aristóteles concede importancia al exterior y sus recursos tanto como el interior y su reflexión, incluso, para una vida excelente se precisa de ambas:

“ Es imposible o no es fácil hacer el bien sin disponer de recursos”.

Aristóteles

La vida no es solo el cultivo propio de las virtudes, tampoco se limita al amor de dos amantes, sino que necesita ser extrapolado a la comunidad. Debemos ver cómo nuestra propia vida influye en la calidad de nuestras instituciones.

Por ejemplo, actualmente con la crisis del COVID-19 se ha demostrado que las actuaciones individuales tienen una repercusión social, llevar una simple mascarilla es un acto de responsabilidad social.

Ilustracion Eleni Kalorkoti

Para Aristóteles la preocupación de cada uno debe ser la búsqueda del término medio “ la filosofía aristotélica, a semejanza de nuestra naturaleza humana (…) existe en oscilación perpetua entre el orden excesivo (…) el exceso y el defecto, lo sobrehumano y lo animal. Buen filósofo es aquel que, guardándose de tales peligros, se esfuerza por hallar el medio9”

Debido a la diversidad de elementos que incluye Aristóteles a la buena vida, concluye que la buena vida está a merced inevitable de la fortuna

conservar la verdad de la idea de que la suerte influye en la vida buena, de que es vulnerable al desastre”.

La vida compartida con otros está sujeta al cambio, a la desgracia, también a las grandes fortunas. Intentar vivir una vida excelente es disminuir la autosuficiencia, es abrirse a la vulnerabilidad. La vida viene a ser como la planta de Píndaro, frágil y vulnerable, aunque hermosa.

CONCLUSIÓN

¿Por qué interesa la “excelencia” de una vida?, preguntarnos “cómo es” o “cómo debería ser” una buena vida parece una interrogante que nos ha acompañado durante toda la historia: ante la mortalidad nos queremos asegurar un estilo de vida que nos sea provechoso.

La excelencia está sujeta a juicio porque pensamos que es una pertenencia, algo la persona crea, algo de los que podemos pedir cuentas. Hablar de excelencia o de una vida buena es hablar de voluntariedad.

En la voluntad se han centrado muchos filósofos y hasta cierto punto, la religión misma.

¿Pero cómo podemos juzgar una vida si ésta a su vez está en manos de la fortuna? Me recuerda al caso de Job bíblico, podemos deducir que tenía una vida excelente pero de un momento a otro, se quedó sin nada, lo perdió todo, y su vida cayó en desgracia.

Aunque el relato bíblico concluye con una restauración completa de la vida de Job, seamos honestos, en la vida real muchas veces esa restauración nunca llega: quienes pierden hijos por accidentes o por enfermedades no suelen tener más hijos que “reponga” la pérdida; quienes pierden el negocio familiar por la caída de la bolsa de un día a otro no suelen remontar sino que terminan acumulando deudas titánicas; quienes nacen en medio de la pobreza no suelen terminar siendo grandes magnates.

La vida es demasiado compleja a pesar de nuestros esfuerzos, decisiones, disciplinas y creencias. La práctica nos muestra que solo somos humanos, estamos a merced de la fortuna.

Ilustración de Lorraine Sorlet

Sin embargo, ser humanos es contar con una pequeña distinción que nos ha hecho llegar a la pirámide evolutiva: la razón. Hemos ideado y pensado cómo proteger nuestras vidas cada vez más.

Por ejemplo, hemos creado sistemas políticos que den cauce a nuestra vida, que nos brinde orden, un tesoro público para ayudas sociales, para hospitales, incluso se que utilicen nuestros impuestos para la investigación científica para nuevas vacunas; invertimos en la educación, la construcción de escuelas para que nuestros menores cuenten con conocimiento básico para que puedan defenderse con el conocimiento que hemos acumulado.

Desde que nos pusimos de pie hace miles y miles de años no hemos dejado de construirnos un castillo para que sus murallas nos defiendan de todo lo que escapa de nuestro control.

Es un tema que incita a mucha reflexión, y aunque históricamente tenemos muchas fuentes de pensamiento que podemos utilizar, es un buen comienzo la antigua Grecia que tanta sabiduría nos ha dejado, y gracias a Martha Nussbaum podemos mirarlo desde la perspectiva más cercana hasta entonces.

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