Dios: ¿incomprensible? o ¿inexplicable?

Me parece curioso la imagen que se ha concebido en las religiones, y en las iglesias, del Dios Omnipresente. Ese dios capaz de estar a la vez en todos y cada uno de los lugares y confines de la Tierra.

El Dios de la gran oreja, aquel que está atento a todos nuestros ruegos y súplicas, al que debemos pedir, rogar y suplicar todo cuanto necesitemos y deseemos. Desde encontrar aparcamiento hasta salvar a nuestro hijo de una enfermedad terminal.

Esta imagen de Dios me resulta incomprensible.

¿Qué es lo incomprensible para mi de esta imagen De Dios?

Lo realmente incompresible de esta visión de Dios es que estamos proyectando un dios caprichoso, que ayuda a unos pero no a todos. Un dios que no discrimina la importancia de nuestras peticiones, un dios que se deja manipular por nuestros ruegos y súplicas.

Un dios capaz de hacer que el futbolista de élite al santiguarse delante de la portería marque su gol, y a la vez capaz de dejar morir a centenares de niños en la frontera turca.

A diario, si nos queremos fijar, encontramos infinidad de ejemplos donde el dios que todo lo puede actúa de forma caprichosa y arbitraria, un dios intervencionista que vive solo para unos a los que vive para complacer y otros tantos a los que se niega escuchar.

Necesitamos desesperadamente un dios que nos sirva para algo, que intervenga en nuestro favor, que nos ayude en nuestra vida;  y cuando obtenemos aquello que deseamos, decidimos que estas son las señales de Dios, que su presencia está con nosotros ya que nos concede aquello que pedimos. (¿Una especie de «genio de la lámpara»?)

El pecado original, Francken II, Frans

Esta imagen nos lleva irremediablemente a la creencia en un dios apocalíptico, autoritario, juez y señor de nuestras almas, capaz de darte la mayor de las bendiciones como de arrebatártela en un suspiro.

Es aquí donde toma fuerza la teología del pecado, de lo malo, de la desobediencia a dios.

Y es con esta doble cara de la imagen de dios como las iglesias muchas veces tratan de manipular a sus fieles con la nefasta pedagogía del miedo, del temor a la ira de dios

Y es cuando entramos en la esfera de la conciencia, cuando intentamos comprender esta imagen del dios incomprensible, es cuando nos damos cuenta que –si realmente queremos descubrir a Dios- nos damos cuenta que Dios no puede ser así…

Continuará.

Este artículo ha sido escrito por Ruth Carlino para Phantom of the Agora

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